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La Ciudad de Essaouira

Sobre la Ciudad :

ESSAUIRA : La historia de esta ciudad se remonta al siglo VII. cuando los fenicios fundaron un enclave, en el siglo XV los portugueses se asientan en ese enclave fundando la ciudad de Mogador como un punto estratégico de control militar, pero el diseño de la actual ciudad se debe al sultán de la dinastía Alauita Sidi Mohammed Abd Al.lah el cual decidió construir una base naval, pero ahí empieza la gran particularidad urbanística de Asilah, el urbanista encargado de diseñar la ciudad fue el francés T.Cornut que hizo una ciudad con su retícula urbana y con sus baluartes defensivos propios de una ciudad europea. Las calles del centro de la ciudad son rectilíneas como en una ciudad europea y todos los torreones, murallas y puertas están construidas con los estilos propios de cualquier ciudad europea del XVIII lo que produce en el visitante una extraña sensación de no saber donde se encuentra. Siguen los contrastes de esta bellísima ciudad marítima, si el primer recinto de murallas es puramente europeo el segundo recinto ya es netamente marroquí, si las principales arterias son occidentales superpuestas a estas están las callejas propias de una medina marroquí.

La ciudad conserva todo el recinto amurallado del XVIII con tres puertas, Bab Sebta, bab Marrakech y bab Dukhala a las que hay que añadir los imponentes torreones llamados sqalas, del puerto y de la ciudad. A partir del siglo XVIII el 40% del tráfico marítimo pasaba por Essauira ahí confluían la mercancías que venían del África negra para embarcarlas con destino a los grandes países europeos.

A partir de la fundación de la ciudad y hasta la creación del estado de Israel, Essauira tenía una importante y activa comunidad judía, comprobable visitando su afamado cementerio. Antaño también en el centro del mellah (judería) se elaboraban las afamadas joyas por esa comunidad.

Pero pronto el brillo de la ciudad va a desaparecer, Essaurira, “la bella durmiente” como se la conocerá después esperó un “despertar”, una energía para ponerla en el lugar que se merecia tanta belleza blanca de cal y azul de ventanas, puertas y océano, el primer despertar vendrá con comunidades hippies inglesas y americanas, estas hablarán y publicitarán la ciudad cosa que hizo como nadie el genial guitarrista Jimi Hendrix habitual en la ciudad. De esa época es también el surgimiento de un particular estilo pictórico, a mitad de camino entre el mundo (naif), art (brut) y un cierto esoterismo, cuentan algunos de esos pintores que trabajan bajo los efectos “narcotizantes” de los sonidos embriagadores de la música gnaua de origen africano, una de las grandes músicas marroquíes considerada música de sanación.

Otro elemento que ha dado fama imperecedera a la ciudad son sus ebanistas, antes de la llegada del turismo era la principal fuente de ingresos. Son muy famosos con su magistral hacer siguiendo la antigua técnica de la taracea venida del Ándalus, elaboran cofres, marcos, instrumentos musicales con la base de madera de tuya y madera de ébano, nácar etc.

Actualmente la ciudad es un paraíso para los surfistas, la ciudad está enclavada en un sitio geográfico en el que los vientos son una constante que provocan las olas apreciadas por surfistas que vienen de todos los rincones del planeta. La buena comunicación con la cercana Marrakech ha provocado que la antigua “bella durmiente” finalmente haya despertado y mostrado sus fabulosos encantos a infinidad de turistas de todos los rincones y países.

De la ciudad hay que destacar al margen de su encalada medina, las murallas del XVIII, sus dos torreones, el pequeño museo etnográfico Sidi Mohammed ben Ab Allah, la galería Damgaard y sus bellísimas playas. A destacar también la gran cantidad de buenos restaurantes especializados en pescado, y ya para acabar apuntar la anécdota que cercano al puerto existe una iglesia en la cual los domingos tañen sus campanas para llamar a la feligresía a la misa dominical, eso sí siguiendo un escrupuloso orden, un domingo en francés, otro en inglés, otro en alemán….